Esta sentencia viene a confirmar que el valor fijado por una CCAA a efectos del ITP-AJD tiene plenos efectos para determinar la renta que se genera en la transmisión de un inmueble tanto a efectos del IS, como del IRPF.
De acuerdo con esta jurisprudencia, cuando en una transmisión previa la CCAA correspondiente haya fijado un valor a efectos de ITP-AJD mayor al escriturado, dicho valor no sólo podrá tener efectos para el transmitente como valor de transmisión respecto de dicha operación previa (por aplicación del artículo 35.2 LIRPF o de la normativa de operaciones vinculadas en general), tributando en muchos casos por una plusvalía mayor a la obtenida realmente, si no que también será plenamente válido como valor de adquisición para el adquirente en esa primera operación que posteriormente transmita el mismo inmueble.
El resultado puede ser que el primer transmitente acabe tributando por una renta o ganancia inmobiliaria realmente obtenida por el segundo (salvo que en efecto haya habido paga en efectivo fuera del valor escriturado), lo que en la práctica no deja de ser un efecto cuando menos «sorprendente» y solo justo o aceptable desde un punto de vista de evitar el enriquecimiento injusto que supondría que Hacienda cobre dos veces por la misma ganancia, pero no desde cualquier otro punto de vista de justicia tributaria.